Balas perdidas Las exportaciones de armas de la UE están desplazando a millones de personas

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El nexo entre el comercio de armas y las desapariciones forzadas no suele analizarse y el papel de las políticas de comercio de armas de Europa que facilitan violaciones graves de los derechos humanos en terceros países suele omitirse en los estudios sobre desplazamiento y migración. Este informe traza un vínculo entre el comercio de armas de Europa, el desplazamiento forzado y la migración.

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Principales constataciones

  • La venta a terceros países de armas y equipamiento militar fabricados y autorizados en Europa provoca desplazamiento forzado y migración. El comercio de armas es una industria muy lucrativa, cuyos mecanismos de control y vigilancia facilitan, en lugar de prevenir, la licencia y exportación problemáticas de armas.

  • El comercio de armas es político y está impulsado por el lucro, pero no está suficientemente regulado. Si bien otros sectores, como el de los alimentos y la agricultura, no amenazan el derecho fundamental a la vida y otros derechos humanos del mismo modo que el comercio de armas, su regulación es más estricta.

  • Es posible rastrear armas, equipamiento y tecnología militar en forma metódica, desde el punto de origen y exportación hasta el lugar donde finalmente se utilizan las armas, y documentar su impacto devastador en la población local. El informe confirma más allá de toda duda razonable que las armas europeas no se utilizan directamente para defender a poblaciones o mejorar la seguridad local o regional, como se suele afirmar, sino para desestabilizar países y regiones enteros.

  • La industria armamentista comete violaciones claras de las cláusulas de no transferencia y los contratos de licencia de destinatario final, a pesar de presuntamente contar con un sistema de controles robusto. Se ha demostrado que una vez que se comercian armas, aunque puedan rastrearse, es prácticamente imposible controlar cómo se utilizarán. Además, pese a que los países importadores de armas han incumplido contratos de licencia de destinatario final, los Estados miembros de la Unión Europea (UE) siguieron vendiéndoles armas y equipamiento militar.

  • Independientemente de si las armas se exportaron a fuerzas de seguridad estatales oficiales o si finalmente las utilizaron actores armados no estatales, o si se respetaron los contratos de licencia de destinatario final y otros mecanismos de control, el resultado fue el mismo: se utilizaron armas europeas en operaciones militares que provocaron desestabilización y, consecuentemente, desplazamientos forzados y migración. La desestabilización, facilitada por las armas proporcionadas por Europa, posteriormente contribuyó a que Europa expandiera enormemente su aparato de seguridad fronteriza para responder a la aparente amenaza de refugiados que intentan llegar al continente y solicitar asilo.

  • Los países europeos son de los principales exportadores de equipamiento de armas mortales a nivel mundial: representan aproximadamente un 26% de las exportaciones de armas mundiales desde 2015. Los cinco principales países europeos exportadores de armas son Alemania, España, Francia, Italia y el Reino Unido. En conjunto, representaron el 22% de las exportaciones de armas en el mundo en el período 2016-2020.

  • Las exportaciones de armas de Bulgaria, Croacia y Rumania aumentaron en los últimos años. Una gran proporción de estas armas se exporta a países de Asia Occidental. Por ejemplo, antes de 2012, Croacia exportaba municiones por un valor inferior a €1 millón al año, pero tras el inicio de la guerra en Siria, la cifra aumentó cada año hasta alcanzar €82 millones en 2016. El Parlamento Europeo instó a Bulgaria y Rumania a que dejaran de exportar armas a Arabia Saudita y los Estados Unidos (si existía riesgo de desviación), hasta el momento sin ningún resultado.

  • En Siria, alrededor de 13 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y más de la mitad de la población sigue desplazada, entre ellos 6,6 millones de refugiados que viven en países vecinos, como Jordania y el Líbano, que posteriormente intentan huir a Europa en un movimiento inverso a las armas que los desplazaron. Además, hay 6,7 millones de desplazados internos en Siria.

Cinco estudios de casos documentan que:

  1. Se exportaron a Turquía componentes y capacidad de producción del helicóptero italiano ATAK T-129, utilizado en 2018 y 2019 en dos ataques en el distrito de Afrin en el norte de Siria como parte de la Operación Rama de Olivo y la Operación Manantial de Paz en la frontera turco-siria. Según cifras de las Naciones Unidas, 98.000 personas fueron desplazadas durante la ofensiva en Afrin entre enero y marzo de 2018, mientras que 180.000, entre ellas 80.000 niños, fueron desplazadas en octubre de 2019 como consecuencia de la Operación Manantial de Paz.

 

  1. Bulgaria exportó tubos de misiles y cohetes a Arabia Saudita y los Estados Unidos, que terminaron en Irak. El equipamiento fue redirigido y utilizado en Ramadi y la región circundante, donde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que desde abril de 2015, tras el estallido de la crisis de Ramadi, más de medio millón de personas fueron desplazadas de la provincia de Al-Anbar, de la cual Ramadi es la capital, mientras que 85.470 personas fueron desplazadas específicamente de la ciudad de Ramadi entre noviembre de 2015 y febrero de 2016. Alrededor del 80% de las viviendas de Ramadi sufrieron daños graves después del ataque. En 2017, se descubrió que otro tubo de misil proveniente de Bulgaria había sido utilizado por fuerzas del Estado Islámico en la localidad de Bartella, al este de Mosul. Al menos 200.000 personas pertenecientes a grupos minoritarios fueron desplazadas de la zona metropolitana de Mosul entre 2014 y enero de 2017. En julio de 2019, más de dos años después de finalizadas las operaciones militares en Mosul, aún había 300.000 personas desplazadas de la ciudad.

  2. Componentes y capacidad de producción del Reino Unido, Francia y Alemania, incluidos misiles, baterías de misiles y una bahía de bombas, se exportaron a Turquía, donde se colocaron en drones fabricados en Turquía y se exportaron a Azerbaiyán. Estos mismos drones, cargados con componentes de armas fabricados en Europa, se utilizaron en el conflicto de Naghorno-Karabaj, que duró 44 días y provocó el desplazamiento forzado de la mitad de la población armenia de la región, alrededor de 90.000 personas.

  3. Entre 2012 y 2015 Bulgaria exportó fusiles de asalto, sistemas de artillería de gran calibre, metralletas ligeras, lanzagranadas de mano acopladas y automáticas a la policía nacional y las fuerzas armadas de la República Democrática del Congo. El conflicto del Congo es uno de los más largos del mundo. Sin embargo, Europa sigue suministrando armas a ese país que se utilizan para perpetrar violaciones atroces de los derechos humanos. En 2017, Serbia exportó 920 fusiles de asalto y 114 metralletas ligeras fabricadas en Bulgaria. Ese mismo año, 2.166.000 personas fueron desplazadas por la fuerza. Fue uno de los peores años desde que comenzó el conflicto. Más concretamente, se utilizaron armas búlgaras en Kivu del Norte en 2017, lo que coincidió con el desplazamiento forzado de 523.000 personas.

  4. Italia donó a Libia al menos cuatro lanchas patrulleras clase Bigliani, que fueron utilizadas por la guardia costera libia para capturar y detener migrantes que huían de sus costas. En 2019, la guardia costera de Libia colocó una metralleta en al menos una de esas lanchas y la utilizó en el conflicto interno contra el Ejército Nacional Libio. Muchas de las personas que huyen de Libia probablemente han huido de otros conflictos en otros países de África y de Asia Occidental, que probablemente han comprado o recibido armas europeas. De modo que el comercio de armas europeas está lucrando enormemente en cada etapa de la travesía, desde el desplazamiento hasta la migración, en primer lugar, al desplazar poblaciones y, posteriormente, al disuadir a migrantes de ingresar a Europa y enviarlos de regreso a sus países de origen.

Las empresas armamentistas identificadas en los estudios de casos incluyen: Airbus (franco- alemana), ARSENAL (Bulgaria), BAE Systems (Reino Unido), Baykar Makina (Turquía), EDO MBM (Reino Unido), Intermarine (Italia), Kintex (Bulgaria), Leonardo (Italia), Roketsan (Turquía), SB Aerospatiale (Francia), TDW (Alemania), Turkish Aerospace Industry (Turquía) y Vazovski Mashinostroitelni Zavodi ЕAD (Bulgaria).

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