Sólo 15 de 183 Estados partes, se opusieron al retorno boliviano con reservas a la Convención Única. Argumentos jurídicos a favor de la industrialización y la exportación de hoja de coca y sus derivados. Bolivia ha logrado fracturar la ortodoxia vigente. El derecho internacional ofrece ahora ventanas de oportunidad.
La Secretaría General del Organización de Naciones Unidas (ONU) oficializó ayer el retorno de Bolivia a la Convención Única de Estupefacientes de 1961 con la reserva relativa al masticado tradicional de hoja de coca, debido a que sólo 15 países objetaron el pedido boliviano. La Oficina del Portavoz de Naciones Unidas señala que el número de naciones que se opusieron al reingreso de Bolivia a la Convención es inferior al requerido para bloquear la solicitud. (Véase también: Evo celebra el reingreso de Bolivia en la Convención antidroga de la ONU)
"La decisión de aceptar la reserva boliviana podría impulsar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a revisar su clasificación de la hoja de coca como una droga a la par de la cocaína y la heroína, y eso podría llevar a su despenalización", afirmó el especialista Martin Jelsma, coordinador del programa de Drogas y Democracia del Instituto Transnacional (TNI).
Suecia se unió a Estados Unidos y al Reino Unido para oponerse a la re-adhesión de Bolivia a la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961. Bolivia había denunciado la convención pidiendo sucesivamente volver a adherir a ésta con una reserva que permita la costumbre tradicional, milenaria y ancestral del país de masticar coca. Italia y Canadá también se han opuesto, pero es la objeción de Suecia particularmente la más preocupante.