Lobistas al servicio de una empresa o de un sector industrial, ejecutivos de empresas trasnacionales, instancias quasi estatales. Son los usurpadores que se introducen en los negocios del mundo a golpe de inversiones y de puertas giratorias, y trabajan para crear un mundo a su imagen.
La evidencia muestra que la autoridad ilegítima va en aumento y la democracia sucumbe de modo gradual a la ideología neoliberal en que más y más funciones del gobierno son asumidas por agentes ilegítimos, opacos y no elegidos.
En su relato, Susan George junta en los alrededores del lago suizo Lugano a un grupo de diez expertos para elaborar un segundo texto sobre el funcionamiento del sistema capitalista a petición de los “solicitantes”. Y hasta ahí la ficción. Al margen de este escenario metafórico, la autora defiende que todo lo recogido en el libro es real.
El nuevo libro de Susan George, Sus crisis, nuestras soluciones (Icaria, 2010), analiza el régimen de globalización neoliberal e intenta explicar que las finanzas y la economía determinan un mundo enormemente desigual y que el planeta está viéndose reducido a la categoría de cantera y vertedero.
Un grupo de trabajo multitudinario, convocado para analizar el futuro de la economía planetaria, concluye que ésta se dirige hacia el colapso ecológico y es una mala candidata para sobrevivir a largo plazo.
Susan George vuelve a la carga con el ánimo de descubrir al lector cómo el pensamiento ultraconservador se ha adueñado de todo el panorama cultural, político, religioso e intelectual del país más poderoso del mundo.
¿Puede Europa incidir en la política internacional desde un modelo democrático y que garantice la resolución de los conflictos desde la negociación y no el ataque?
Susan George nos propone otro mundo posible. Un mundo que garantice una vida digna a todos sus habitantes: alimentos suficientes, agua potable, vivienda adecuada, educación básica, atención médica y servicios públicos.