Con importantes victorias a nivel local, nacional y regional, el movimiento por el agua provee lecciones clave para la resistencia a la privatización de servicios públicos en Europa. Como explican los autores, "los referendos y otras formas de consulta popular como la Iniciativa Ciudadana Europea han resultado ser de una utilidad estratégica para denunciar las políticas de austeridad antidemocráticas".
El suministro de agua potable en los países de la UE depende principal o exclusivamente de empresas públicas pero, en el plano internacional, la UE defiende la privatización del agua. El problema radica en la fuerte tendencia de la Comisión Europea a identificarse con los intereses de grandes empresas europeas.