Las tensiones internacionales en torno a la decisión de Uruguay de regular el mercado del cannabis alcanzaron nuevas cotas cuando Raymond Yans, presidente de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), acusó al Gobierno uruguayo de negligencia con respecto a preocupaciones en materia de salud pública, de bloquear todo intento de diálogo y de mostrar una actitud "de piratas" frente a las convenciones de la ONU.
Un documento excepcional y oportuno de un investigador reconocido que lanza un desafío público al presidente Santos para formular desde Colombia una Hoja de Ruta que permita sacudir la camisa de fuerza institucional que mantiene el statu quo internacional y no deja avanzar hacia políticas más eficaces e inteligentes.
El proceso de revisión de los objetivos y planes de acción acordados en la UNGASS de 1998 UNGASS sobre las drogas ha llegado a una fase crítica; tras el debate temático celebrado en la Comisión de Estupefacientes (CND) de 2008 y los cinco grupos de trabajo intergubernamentales reunidos durante el verano, la atención se desplaza ahora hacia el proceso político de negociar el texto de una declaración política que se aprobará en la reunión de alto nivel de marzo de 2009.
Recogemos en este artículo algunas de las polémicas declaraciones sobre la hoja de coca incluidas en el Informe anual de este año de la JIFE. Algunas joyas para abrir boca:
> "La Junta exhorta a los Gobiernos de Bolivia y el Perú a que adopten medidas sin demora con miras a abolir los usos de la hoja de coca que sean contrarios a la Convención de 1961, incluida la práctica de masticarla" y "cada una de las Partes en la Convención debería tipificar como delito, cuando se cometan intencionalmente, la posesión y la adquisición de hoja de coca para el consumo personal". > "La Junta exhorta una vez más a los Gobiernos de Bolivia y el Perú a que consideren la posibilidad de modificar la legislación nacional con objeto de abolir o prohibir las actividades que sean contrarias a la Convención de 1961, entre ellas la práctica de masticar hoja de coca y la fabricación de mate de coca".
Los puntos débiles del sistema de fiscalización de estupefacientes de la ONU se han señalado en numerosas ocasiones; problemas relacionados con el funcionamiento de organismos clave como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) y la Comisión de Estupefacientes (CND); con su interacción con el resto del sistema de la ONU (la Organización Mundial de la Salud, ONUSIDA, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, etc.) y con el carácter obsoleto de numerosas disposiciones de los tratados.
El jueves 28 de febrero de 2008, la Comisión de Justicia del Parlamento neerlandés dedicó su debate a la revisión de la UNGASS. Martin Jelsma fue invitado en calidad de experto para compartir con la comisión las opiniones de TNI sobre la importancia del proceso de revisión. En su aportación, Jelsma destaca la oportunidad que ofrece el período 2008/9 para dar el gran paso de que la reducción del daño sea aceptada por todo el sistema de la ONU, evaluar el funcionamiento de organismos como la ONUDD y la JIFE, y abrir la puerta a una revisión del sistema de tratados sobre fiscalización de drogas de las Naciones Unidas. Información sólo disponible en neerlandés.
En un categórico
memorando confidencial dirigido a la JIFE, expertos legales de la ONUDD
aducen que la mayoría de
las medidas para la reducción del daño se ajustaría a las convenciones. Según la Sección
de Asuntos Legales: “Se podría argüir fácilmente que los principios rectores de
la reducción de la demanda de drogas proveen un mandato claro para la
institución de políticas de reducción del daño, que, respetando las diferencias
culturales y de género, ofrecen un entorno de mayor apoyo a los consumidores de
drogas”.