Las sociedades del continente americano han convivido con las cocaínas fumables durante más de cuatro décadas, pero —aunque resulte sorprendente—, existen pocos estudios sobre la evolución del mercado y pocas pruebas de primera mano sobre cómo se comercializa realmente esta sustancia y cómo la utilizan millones de personas en la región. Después de unos años de investigación de campo, nuestro estudio sobre el tema se lanzará en la Comisión de Estupefacientes.