Estaba convencido de que el carismático papa Francisco era doblemente infalible. Primero por ser papa, pues según el Concilio Vaticano I de 1870, el sumo pontífice no se equivoca, al menos cuando hace ciertas declaraciones en las que se supone que es asistido por el Espíritu Santo. Y segundo por ser argentino... pues al menos los argentinos creen que eso genera infalibilidad.
Suele decirse que las crisis, a pesar de todos los aspectos negativos que por definición implican, abren también la puerta a nuevas oportunidades. ¿Podría ser este el caso de México y de la política de drogas del país en la elección federal de julio? Imposible saberlo a ciencia cierta en este momento, y después de la elección será demasiado tarde.