Ahora que los votantes en los estados de Colorado y Washington han aprobado iniciativas para la legalización de la marihuana, la atención se ha volcado repentinamente hacia preguntas sobre la implementación de esta medida —y, en particular, hacia especulaciones sobre cómo podría reaccionar el gobierno federal. Ello es totalmente comprensible, pues no es un secreto que las recientemente aprobadas iniciativas estatales entran en conflicto con la ley federal.