La producción de cocaína se duplicó entre 2014 y 2018. Esta tendencia imparable se debe a las mejoras en las variedades de coca, los manejos agronómicos y la optimización del uso de los precursores químicos, incluyendo la garantía de suministros de materia prima para la elaboración de psicoactivos. En este sentido las políticas de interdicción buscan detener la elaboración de cocaína apuntando también a controlar los elementos básicos para su producción, como por ejemplo el permanganato de potasio, que se usa en la fase de elaboración de la Pasta Básica de Cocaína (PBC). A pesar de que las incautaciones de este químico tuvieron un pico de 585 toneladas en 2016, aquellas cayeron a tan solo 70 toneladas en 2018. Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (UNODC), estos indicadores demuestran que Colombia está produciendo el permanganato de potasio a nivel nacional, con un mercado asegurado en el marco del crecimiento de la producción y demanda del psicoactivo.
Esta situación de auge de la cocaína colombiana quedó reflejada en el último informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos, SIMCI, sobre el monitoreo de la producción colombiana, en el que se señala que mientras se presentó una leve disminución del número de hectáreas de coca (de 169.000 detectadas en 2018 a 154.000 en 2019) el potencial de producción de clorhidrato de cocaína pura se estimó en 1.137 tm, verificándose un aumento de 1,5% en relación con el 2018.2
Otros indicadores en las tendencias del mercado internacional
Brasil es el segundo país, después de Colombia, en cuanto a incautaciones en América Latina, con un incremento del 65% en 2018 frente a 2017, alcanzando 79 toneladas, mientras que el país andino mantuvo niveles de 413,4 toneladas (2018) y 433 toneladas (2019).
Otro dato importante es la exportación de PBC principalmente desde Colombia, para ser procesada en otros países, fundamentalmente, los de tránsito. En el radar de la UNODC aparecen bajo esa función países como Venezuela, Argentina, Brasil, Paraguay y Ecuador en Sudamérica, donde se han encontrado varios laboratorios de refinamiento de cocaína. Es claro que Sudamérica se ha convertido también en un mercado importante de uso (tercera región a nivel mundial con el liderazgo de Uruguay, Chile, Brasil y Argentina) además de ser lugar de tránsito principalmente hacia Europa Occidental.
Así mismo, en Guatemala y Honduras existen laboratorios de procesamiento de cocaína. En total se han hallado laboratorios en 15 países, lo que mostraría nuevas dinámicas de arreglos, disminución de costos por pérdidas en puntos de salida desde Colombia y aseguramiento del valor agregado que adquiere la sustancia en la medida en que avanza hacia los mercados internacionales.
Los sitios de mayor movimiento de cocaína también muestran una tendencia interesante. Se destacan, por ejemplo, Europa Occidental y Central como los mercados que han tenido un comportamiento significativo si se tienen en cuenta los niveles de incautaciones actuales. Los decomisos en Europa Occidental y Central se triplicaron entre 2014 (62 toneladas) y 2018 (177 toneladas). Esta última cifra representa un 14% de todas las incautaciones en el mundo, con presencia destacada de Bélgica, España, Holanda y Francia como los principales puertos de ingreso. El incremento de incautaciones dice mucho sobre los volúmenes de cocaína que están transitando por ese continente y explica por qué Brasil es el principal país de reexportación hacia Europa.
Por su parte, África Occidental se consolida como puente estratégico de tránsito en esta ruta hacia Europa, que se refleja en incrementos de incautaciones en países como Marruecos, con cifras de 2018. Además de Marruecos, esta ruta incluye también a Argelia, Namibia, Mozambique, Sudáfrica y Nigeria. Los decomisos muestran un incremento de 1,2 toneladas en 2015, 3,3 toneladas en 2017 y 5,6 toneladas en 2018. En esa ruta se utilizan principalmente contenedores que se movilizan luego por mar hacia los grandes puertos europeos liderados por Amberes, Rotterdam y Hamburgo.
En el caso de Estados Unidos, la tendencia del mercado sigue estable, con un leve incremento en los últimos cinco años sin que se evidencie un boom en la demanda, como sucedió en la década de 1980. Si bien Estados Unidos ha duplicado los niveles de incautación entre 2014 y 2018, de 91 a 172 toneladas, estos se han producido allende sus fronteras y abarcarían mercados que podrían incluir como objetivo a Canadá. En contraste, los niveles de incautación en el interior reportados por Aduanas y el Servicio de Protección de Fronteras de Estados Unidos cayeron de 34 toneladas en 2017 a sólo 27 toneladas en 2018, así como en los informes de la DEA (Cocaine Removals) desarrollados en el interior disminuyeron de 114 toneladas en 2017 a 93 toneladas en 2018.
La disponibilidad de cocaína entre la población está siendo percibida hoy como levemente menor con respecto a años anteriores. Esto puede ser un indicador de que la cocaína ya no es la primera sustancia que circula en los principales mercados de drogas y es probable que se mantenga una leve tendencia a la disminución. No obstante, Colombia sigue siendo el abastecedor más importante, con un 90% de las muestras testeadas en las incautaciones, seguido de Perú (6%) y el restante 4% de origen desconocido.
La caída de las incautaciones de cocaína dentro de las fronteras de Estados Unidos es un excelente indicador de las nuevas tendencias de la demanda, que se caracteriza por el policonsumo. Esto explica las preocupaciones recientes sobre el impacto severo de los opioides, que ha llevado a que la labor de inteligencia se centre en ese tipo de suministros. El auge del policonsumo es una característica del mercado de drogas hoy a nivel mundial. En otras palabras, el mercado mundial de sustancias psicoactivas ha sufrido una significativa transformación en donde se ofrece una multiplicidad de drogas, desde las de origen natural hasta las sintéticas para usos ilegales o a través de la desviación de medicamentos para usos distintos al medicinal, principalmente opioides. Todas representan un mercado con grandes ganancias.
Colombia es también la principal fuente de suministro de cocaína para el mercado de Asia y Europa Occidental y Central. En el caso de Asia, se mantiene en los dos últimos años promedios de 3,5 toneladas en incautaciones y en Australia los decomisos han crecido significativamente pasando en los últimos años de 756 kg a 2,1 toneladas (véase el gráfico).
Gráfico 3: Distribución por origen geográfico de la cocaína incautada en las fronteras de Australia 2019 – 2018 (junio)3