Al ser una ruta clave para el turismo, el comercio y las empresas entre dos grandes motores económicos de Europa, el valle de Susa ha atraído a lo largo de los años muchos proyectos de grandes infraestructuras, ninguno de ellos tan controvertido y cuestionado con tanta fiereza como la línea ferroviaria de alta velocidad para mercancías entre Turín y Lyon.
Durante un cuarto de siglo, personas de todo tipo han luchado contra este megaproyecto, una línea férrea de 270 kilómetros, incluyendo un túnel de casi 60 kilómetros de largo, que cruza los Alpes entre el valle de Susa y la ciudad de Maurienne en Francia.
Durante los últimos 25 años, personas de todo tipo han luchado contra este megaproyecto: una línea ferroviaria de 270 kilómetros, que incluye un túnel de casi 60 kilómetros, que cruza los Alpes entre el valle de Susa y la ciudad de Maurienne, en Francia.
Los Gobiernos italiano y francés y la Unión Europea —que financia el 40 % de los 26 000 millones de euros en que está valorado el proyecto— elogían la vía como algo que beneficiará tanto al pueblo como a las empresas de transporte de mercancías, además de proporcionar cientos de puestos de trabajo. Los habitantes del valle, a quienes nunca se les consultó debidamente, sostienen que esta nueva línea no solo es innecesaria —ya que la línea actual, según encuestas e informes especializados, puede ampliarse—, sino que solo traerá destrucción ambiental y una catástrofe social y económica al valle y sus habitantes.
Se teme que la perforación libere amianto y uranio de las montañas, lo cual contaminaría la zona. La gente cuestiona también el coste inflado del proyecto en un momento en el que la imposición de unas drásticas medidas de austeridad se está traduciendo en el cierre o la privatización de hospitales y servicios públicos básicos. Los y las activistas del valle alegan que el dinero que se necesita para construir un solo kilómetro de vía sería suficiente para construir un hospital. Además, se ha denunciado que los principales beneficiarios del proyecto serán constructoras poco transparentes que tienen fuertes vínculos con la mafia. Según un reportaje de Arte, cuatro empresas que trabajan en el proyecto tienen vínculos con la ‘Ndràngheta.