Ideas into movement
Boost TNI's work
50 years. Hundreds of social struggles. Countless ideas turned into movement.
Support us as we celebrate our 50th anniversary in 2024.
El régimen de arbitraje de inversiones ha despertado enormes críticas en los últimos años. Pero un aspecto poco explorado es como este régimen menoscaba al poder judicial y a las decisiones tomadas por los jueces nacionales. Este reporte toma la experiencia de América Latina y presenta cinco escenarios para demostrar que las demandas inversor-Estado y los árbitros que deciden sobre ellas vulneran al poder judicial.
Descargue el informe completo aquí.
Uno de los principales argumentos que se ha usado para justificar la creación del régimen de arbitraje de inversio- nes es que las cortes nacionales son parciales e inadecuadas para dirimir disputas entre inversores y Estados. La respuesta a este supuesto problema fue la creación de un régimen de “justicia” paralelo establecido por medio de una red de 300 Tratados de Libre Comercio y cerca de 2.500 tratados de protección de inversiones.
Estos acuerdos internacionales incluyen el mecanismo de solución de disputas inversor-Estado (ISDS por su sigla en inglés) que otorga a los inversores extranjeros el derecho a que demanden a los gobiernos ante tribunales de arbitraje internacional, sin que necesiten agotar primero las instancias judiciales nacionales.
Este reporte presenta dos argumentos centrales:
1.Los tribunales de arbitraje internacional son mucho menos imparciales e independientes que los sistemas judiciales. De hecho, la naturaleza del sistema de arbitraje lo hace intrínsecamente sesgado a favor de los inverso- res extranjeros. El reporte presenta evidencia de que:
2. El arbitraje de inversiones vulnera al poder judicial. En el mejor de los casos, el sistema de solución de disputas inversor-Estado desplaza a los tribunales nacionales, y en el peor de los casos, menoscaba las decisiones tomadas por los jueces nacionales. Se presentan cinco escenarios y ejemplos que dan cuenta de esta situación en América Latina:
Ante este escenario, se ofrecen las siguientes recomendaciones: