El documento final de la UNGASS: ¿Diplomacia o negacionismo? Declaración de la sociedad civil

Expertos en políticas sobre drogas y comunidades afectadas de todo el mundo expresan serias inquietudes respecto a los preparativos y el borrador del documento final de la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU (UNGASS) sobre el “problema mundial de las drogas” que tendrá lugar en abril de 2016.

14 de marzo de 2016

Nosotros, las organizaciones de la sociedad civil que suscribimos esta declaración, representando a expertos en políticas sobre drogas y a comunidades afectadas en todo el mundo, expresamos nuestras serias inquietudes respecto a los preparativos y al borrador del documento final de para la Sesión Especial de la Asamblea General de las NN.UU. (UNGASS) sobre el “problema mundial de las drogas” en abril de 2016.

El Secretario General de las NN.UU., Ban Ki-moon, exhortó a que la UNGASS sea un “debate abierto y de gran envergadura, que considere todas las opciones disponibles”,1 y se prometió una discusión inclusiva, que tendría en cuenta las perspectivas de todos los actores involucrados, Estados miembros, agencias de las NN.UU., círculos académicos y la sociedad civil. La UNGASS es una oportunidad crucial para llevar a cabo una evaluación sincera de qué funciona y qué no en el campo de la fiscalización global de las drogas. Es una oportunidad para encontrar un nuevo consenso que aborde la realidad del fracaso y las consecuencias negativas de las políticas vigentes.

El proceso de la UNGASS no ha reconocido la falta de logros obtenidos durante los últimos 50 años por el sistema para el control de drogas; las sustancias sometidas a control internacional están más disponibles y son más asequibles que nunca. El proceso ha optado por ignorar el daño causado por los enfoques actuales: abusos sistémicos a los derechos humanos y continuación de la aplicación de la pena de muerte por delitos de drogas; intensificación de la transmisión del VIH y la hepatitis C; acceso intolerablemente inadecuado a drogas controladas para fines médicos; 187.000 muertes evitables relacionadas con drogas cada año; violencia, corrupción y asesinatos perpetuados por los mercados delictivos de drogas; estigmatización sistémica de personas que consumen drogas; destrucción de los medios de vida de agricultores de subsistencia debido a la erradicación forzada de cultivos; y miles de millones de dólares en fondos públicos desperdiciados en políticas de drogas que evidentemente no funcionan.

Dada la naturaleza problemática, no inclusiva y no transparente del proceso preparatorio, la UNGASS se encuentra ahora peligrosamente cercana a representar una grave falla estructural del sistema de las NN.UU. Al no abordar una crítica significativa, ni plantear ideas o formulaciones nuevas, el documento final de la UNGASS corre el riesgo de convertirse en una costosa reafirmación de acuerdos y convenciones previos. Ello representaría un grave fracaso para la Asamblea General, y una traición para los Estados miembros, las agencias de las NN.UU., la sociedad civil y el público que han exigido mucho más de este proceso.

Problemas con el proceso preparatorio de UNGASS

El proceso ha estado dominado por las fuerzas del statu quo en el aparato de las NN.UU. con sede en Viena para el control de las drogas. Los preparativos estuvieron a cargo de la Comisión de Estupefacientes (CND) y su Secretaría en la Oficina de las NN.UU. contra la Droga y el Delito (ONUDD) en Viena, en lugar de la propia Asamblea General de las NN.UU. en Nueva York. Estas instituciones en Viena han tratado activamente de excluir propuestas innovadoras y vanguardistas de los Estados miembros, de otras agencias de las NN.UU. y de la sociedad civil, perpetuando las mismas luchas de poder y la parálisis que han entorpecido el debate de control de drogas en Viena durante décadas.

Muchos Estados miembros del hemisferio sur, particularmente del Caribe y África, no cuentan con representantes permanentes en Viena y prácticamente no han podido participar en las negociaciones sobre el documento final. La Asamblea General alentó la participación de todos los Estados miembros en los preparativos de la UNGASS y requirió la “prestación de asistencia a los países menos adelantados” para este fin;2 pero no parece que se hayan dispuesto recursos presupuestales adicionales para lograrlo. A fin de asegurar un “proceso preparatorio (…) inclusivo y eficaz”,3 la Secretaría de la CND estableció un sitio web que incluye muchos aportes útiles.4 Empero, la Secretaría de la CND parece emplear el sitio web como un espacio en el cual almacena ideas disidentes, antes que promoverlo como un recurso para incorporar aportes a las negociaciones. Finalmente, las negociaciones han tenido lugar mayormente en reuniones informales de carácter cerrado, en lugar de ‘eventos entre períodos de sesiones’, excluyendo la participación de la sociedad civil y contribuyendo a la falta de transparencia.

Estos problemas se han visto exacerbados por la auto-impuesta dependencia del consenso para la toma de decisiones en Viena y la presión por parte de muchos Estados miembros para ultimar el documento final antes de que este llegue a la Asamblea General. Ello significa que un puñado de países vociferantes y reaccionarios pueden bloquear las formulaciones progresistas, mientras que en otros ámbitos del sistema de las NN.UU. (incluida la Asamblea General) se recurre a la votación sobre temas clave cuando ello se requiere. La noción de un consenso global sobre las drogas es insostenible: hoy en día, en algunos países las personas enfrentan la pena de muerte por la tenencia de drogas que en otros países están legalmente reguladas. El consenso puede ser valioso, pero donde existe una polarización, puede dar lugar a declaraciones que no captan las genuinas tensiones de políticas que ameritan una discusión y un debate honestos.

Problemas con el borrador del documento final de la UNGASS

Los Estados miembros acordaron producir “un documento breve, sustantivo, conciso y orientado a la adopción de medidas” que proponga “el modo de abordar los desafíos de larga data y los nuevos desafíos en la tarea de hacer frente al problema mundial de las drogas”.5 Sin embargo, actualmente el borrador del documento final se encuentra muy lejos de cumplir con esa aspiración:

•Aunque el borrador actual se extiende a más de diez páginas y excede un centenar de párrafos, casi no incluye resultados o acciones operativos para abordar los innumerables retos, tensiones y contradicciones que existen en cuanto al control internacional de drogas. Hasta el momento, se han rechazado propuestas de que la UNGASS establezca al menos un grupo consultivo de expertos que emprenda un análisis crítico y elabore recomendaciones para modernizar el sistema con miras al año 2019.6

• En lugar de considerar “todas las opciones”, el borrador simplemente reafirma el enfoque actual y resulta devastador en cuanto a su incapacidad para reconocer los daños antes señalados, causado por las políticas punitivas. Estos costos se han destacado en repetidas ocasiones en los informes presentados ante la UNGASS por parte de la sociedad civil, agencias de las NN.UU. y Estados miembros; ello no obstante, el borrador del documento sostiene la existencia de “avances tangibles y mensurables”, sin brindar justificación o explicación algunas sobre los avances a los cuales se refiere.

• El borrador actual no constituye un reflejo equilibrado de las aportaciones y recomendaciones presentadas a la UNGASS por parte de las agencias de las NN.UU. Muchas de estas aportaciones instan explícitamente a la eliminación de la criminalización de quienes usan drogas, pero este punto ha sido excluido de los borradores del documento final que se están negociando en Viena, lo cual demuestra una falta de coherencia en el sistema de las NN.UU. Más aún, también se han omitido muchos aportes del Grupo de Trabajo de la Sociedad Civil, ONG, Estados miembros y grupos regionales, especialmente las exhortaciones a abolir la pena de muerte para delitos relacionados con drogas.

• Pese al reconocimiento explícito del término “reducción de los daños” por parte de la Asamblea General incluso desde el año 2001,7 en el borrador del documento final no se admite la necesidad de contar con una respuesta de reducción de daños. Además, aún se encuentran en disputa referencias específicas a medidas eficaces y vitales como programas de agujas y jeringas, prevención de sobredosis y tratamiento de sustitución de opioides. Ello ocurre a pesar de que la Unión Europea y varios países en América Latina y África han invocado el explícito reconocimiento de la reducción de daños.

• El borrador del documento final reafirma el llamamiento para lograr “una sociedad libre del uso indebido de drogas” para el año 2019, una meta planteada por la Declaración Política de 2009. De hecho, desde la UNGASS de 1998, reunida bajo el lema de “Un mundo sin drogas, ¡podemos lograrlo!”, el consumo de drogas se ha incrementado. Esta meta no es ambiciosa, sino más bien ilusoria y peligrosa, enmarcando y distorsionando las respuestas de políticas en su conjunto, priorizando la meta de eliminación de las drogas en desmedro de criterios de salud, bienestar, derechos humanos y reducción de daños relacionados con las drogas. Además, el borrador del documento final es totalmente incoherente con las prioridades identificadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados a nivel mundial, tales como la lucha contra la pobreza, el mejoramiento de la igualdad de género o la reducción de la violencia y la degradación ambiental.

• El borrador está completamente desfasado respecto a las realidades en el terreno en muchos países, incluida la exitosa implementación de programas para la reducción de daños, una creciente tendencia a eliminar la criminalización del uso de drogas, la exploración de modelos de mercados regulados para el cannabis, el reconocimiento de los derechos de poblaciones indígenas, así como los usos sociales, espirituales y terapéuticos de plantas psicoactivas. La realidad es que, a nivel global, el obsoleto paradigma de fiscalización punitiva en cuanto a control de drogas está siendo cuestionado, reconsiderado y reformado.

Exhortamos a los Estados miembros –especialmente a los que han sido excluidos de las negociaciones que tienen lugar en Viena– a cuestionar el actual borrador del documento final de la UNGASS para garantizar que el debate sobre sus contenidos no se limite a Viena, y a preparar declaraciones que expresen su decepción y desacuerdo en la UNGASS en abril. Instamos a las agencias de las NN.UU., altos funcionarios de las NN.UU., académicos, sociedad civil y redes de comunidades afectadas a hacer otro tanto. La UNGASS es una oportunidad única para tomar una posición y demostrar liderazgo en cuanto a la reforma de las políticas de drogas, ya que simplemente no podemos continuar con el mismo enfoque fallido.

Referencias

1 http://www.un.org/sg/statements/index.asp?nid=6935
2 En la resolución A/RES/69/200, la cual especifica las modalidades de participación en la UNGASS.
3 Véase la Resolución E/CN.7/2016/15 de la CND
4 Véase: www.ungass2016.org
5 Resolución 58/8 de la CND: “Período extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el problema mundial de las drogas que se celebrará en 2016”, http://www.un.org/Docs/journal/asp/ws.asp?m=E/2015/28
6 Véase: https://www.tni.org/en/node/22640
7 Véase: http://www.un.org/Docs/asp/ws.asp?m=A/RES/S-26/2