Estamos atravesando una era de profunda transición. Los levantamientos políticos están a la orden del día. Cada vez hay más desigualdad económica. Hay personas en todo el mundo que están siendo desplazadas por conflictos y emergencias climáticas. El racismo, la xenofobia y la intolerancia religiosa están aumentando. La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto las injusticias y la irracionalidad de nuestros sistemas económicos y sociales.
Las crisis sociales y políticas que afrontamos abarcan muchos aspectos adicionales. Los sistemas vitales de la tierra están en peligro como consecuencia del sistema de producción impuesto al mundo en los últimos 250 años. Este modo de producción alimentado por petroquímicos, impulsado por el lucro y basado en la híper explotación de trabajadoras y trabajadores y sistemas naturales, ha sobrecargado e interrumpido muchos de los ciclos que mantenían el equilibrio del ecosistema, incluidos los ciclos de carbono.
Los cambios en este ciclo se manifiestan en la forma de eventos climáticos extremos, desde sequías e incendios forestales masivos hasta huracanes y tifones más frecuentes y de mayor intensidad. La vida en sí misma también está siendo destruida. Estamos atravesando el sexto evento de extinción masiva del planeta: alrededor de 200 a 2000 especies se extinguen cada año debido al cambio climático, la contaminación y la destrucción de hábitats.
Las comunidades marginadas sufren directamente los efectos sociales y ambientales del sistema capitalista industrial desde hace mucho tiempo, ya que se ven obligadas a vivir en los vertederos de basura, mientras que sus recursos son saqueados para obtener materia prima. Sin embargo, hoy en día los efectos sistémicos son cada vez más visibles para todas y todos. Para salvar a la humanidad y las complejas formas de vida en nuestro preciado planeta, necesitamos un cambio drástico de rumbo. Necesitamos una Transición Justa.
En términos sencillos, una Transición Justa es un cambio sistémico, a través de medios verdaderamente democráticos, que deja atrás la explotación, la extracción y la alienación, y procura alcanzar sistemas de producción y reproducción centrados en el bienestar humano y la regeneración de los ecosistemas. La Transición Justa, como la imaginamos, es mucho más que pasar de los combustibles fósiles a fuentes de energía verdes o renovables.
Es, más bien, una transformación profunda de nuestra sociedad que intenta que la humanidad esté en equilibrio armonioso con la tierra, sus sistemas ecológicos, la multitud de especies con las cuales compartimos este planeta frágil, y unos con otros. Esta transformación se basaría en sistemas y prácticas socioeconómicos centrados en la solidaridad, la cooperación, el uso común de la tierra, el intercambio y el cuidado. Rechazaría la competencia, el conflicto, la privatización, la acumulación y el individualismo excesivo.
El presente artículo intenta analizar el motivo por el cual es imperativo que los movimientos sociales y nosotras y nosotros mismos nos orientemos hacia una Transición Justa, y cómo podemos consciente y deliberadamente alejarnos de los sistemas disfuncionales y destructivos que nos están llevando a la extinción. ¿Cómo podemos avanzar hacia sistemas nuevos de relaciones sociales que nos ayuden a sobrevivir y superar la crisis climática y revertir la extinción masiva en el planeta?
El presente artículo es el resultado de un proceso colectivo de pensamiento entre las y los autores y sus organizaciones, que han estado trabajando de diferentes maneras en el concepto de Transición Justa con movimientos sociales, organizaciones y comunidades de todo el mundo e intentando entender de qué modo esta idea simple, pero poderosa puede ayudar a las personas a movilizarse por un cambio verdadero y transformador. Esta no es una visión definitiva o exhaustiva de la Transición Justa, dado que diferentes regiones, comunidades, movimientos y organizaciones están desarrollando sus propias visiones (véase la sección final). Sin embargo, se espera que estas ideas y preguntas fundamentales brinden herramientas a las lectoras y lectores para que reflexionen acerca de lo que la Transición Justa podría significar para ellas, ellos, sus movimientos y sus comunidades.