En memoria de Miguel Teubal Cristóbal Kay

No recuerdo exactamente cuándo conocí a Miguel Teubal, pero fue hace varias décadas, probablemente en una conferencia o taller. Tuve la oportunidad de conocerlo mejor cuando el Instituto Internacional de Estudios Sociales le ofreció una beca como investigador invitado en 1992. Durante su estancia, publicó dos artículos de investigación: uno sobre seguridad alimentaria y regímenes de acumulación, y el otro sobre el nuevo sistema alimentario agroindustrial.

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Cristóbal Kay

twitter.com/MTeubal/photo

Miguel fue un pionero de la investigación agroindustrial en América Latina y uno de sus críticmos más acérrimos. Sus presentaciones en los seminarios y talleres del Instituto Internacional de Estudios Sociales eran siempre muy valoradas por los estudiantes y docentes. Al igual que el resto del público, me sorprendía cuando hablaba sobre las protestas por los alimentos, el hambre, la pobreza y la miseria en Argentina, ya que, al final de cuentas, Argentina había sido uno de los graneros del mundo y en aquel entonces era uno de los países más ricos de América Latina. Pero esa es la naturaleza y esas son las contradicciones del sistema capitalista, como lo han explicado Susan George, Amartya Sen y otros académicos: la pobreza y el hambre en medio de la abundancia.

Su esposa, Norma Giarracca, y sus dos hijos viajaron a La Haya para pasar un tiempo con Miguel. Disfrutaron mucho de su estadía: realizaron actividades culturales y académicas. Allí, Norma recibió la influencia de la obra de Norman Long y su grupo de investigación de Wageningen. 

Durante su período en el Instituto Internacional de Estudios Sociales, Miguel me invitó a una de las reuniones legendarias de académicos asociados del TNI. Había escuchado hablar sobre el TNI debido a su vinculación con el Institute for Policy Studies (IPS) de Washington, D.C. Durante la presidencia de Allende, Richard Barnett del TNI viajó a Chile para conocer más sobre la singular transición democrática hacia el socialismo. Me visitó y me dio uno de sus libros. Tras el gole militar en Chile, Orlando Letelier halló refugio en IPS en Washington. Poco después fue nombrado director del TNI, pero seis meses más tarde fue asesinado en Washington por orden de Pinochet.

Me encontré con Miguel y Norma varias veces a lo largo de los años, principalmente en los congresos internacionales de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) y a menudo manteníamos correspondencia por correo electrónico.

Miguel era una persona modesta y gentil, con un sutil sentido del humor. Sabía escuchar, daba buenos consejos y realizaba la cantidad de comentarios necesaria (sin monólogos), a diferencia de otros argentinos que había conocido. Él y Norma eran un equipo y formaron una nueva generación de investigadores críticos y activistas en Argentina. Ambos, a su manera, dejaron un legado muy impotante a través de sus cátedras, escritos y activismo. 

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